En Cuclillas

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos se cercan, las hordas (...)El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo. (Borges)

8.6.08

Chacón y Paternidad

He seguido con asombro el proceso de estupefacción por el que ha pasado, si no toda la población, gran parte de ella. ¡Una mujer en un cargo de importancia! ¡Pero si Defensa la ha llevado siempre un hombre! ¡Y está embarazada! ¡Pero faltará cuatro meses! Recordaba a las cuestiones que le planteaban en su día a Segolen Royal ¿Madre y Presidenta? ¿Cómo?

Preguntarse por la capacidad de la ministra porque esté embarazada es insultante; alegar que lo relevante es saber si se coge la baja, es disimular que se está insultando. ¿Quién conoce las bajas de los ministros? O lo que es la verdadera pregunta: ¿Por qué ser padre no afecta al Hombre pero ser madre sí afecta a la Mujer? Y es que la Mujer, sea ministra o cajera de supermercado debe escoger si compartir un Derecho que es suyo y “ceder” parte de “su” maternidad…

Debemos conquistar derechos para la Mujer en tanto que madre, pero puesto que siempre que hay una madre hay un padre, estos derechos deben ser compartidos. No se tiene un permiso de maternidad por ser Mujer, sino por su condición de progenitora, que es un hecho puntual y ojo, compartido.

Conceder un permiso de maternidad de casi cuatro meses a la madre y un permiso de paternidad de trece días al padre, hace recaer la responsabilidad de la crianza sólo sobre los hombros de la primera, obligando a la Mujer a elegir y al Hombre a no poder hacerlo.

Deben existir dos bajas de la misma duración – de cuantos más días mejor- y de obligado cumplimiento para los dos sexos.

Igualar las bajas es compartir responsabilidades y evitar discriminaciones sexuales a la hora de la contratación laboral, pero sobre todo es avanzar en el lento proceso de la Igualdad de Derechos y Oportunidades.