En Cuclillas

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos se cercan, las hordas (...)El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo. (Borges)

16.7.11

Buenos días, Vietnam

Cuando las mujeres dominicanas migran ilegalmente a Puerto Rico, lo hacen en una yola, una pequeña barca que nosotros en España solemos llamar patera. Cuando las mujeres dominicanas migran ilegalmente a Puerto Rico calculan y rezan para que no les baje la regla, porque si no, sus compañeros de viaje las arrojan al mar. La sangre atrae a los tiburones.

Viajan ilegalmente a Puerto Rico, pero también a España, donde una gran parte de ellas es obligada a prostituirse. Desde la reforma del código penal del 95 nuestro país ha ido dejando de ser de tránsito para las redes de tráfico ilegal de personas, convirtiéndose en país de destino. La mayoría de la migración de República Dominicana es femenina. Si la migración es ilegal, suelen ser víctimas de trata, obligadas a prostituirse hasta el final del pago de los papeles que consiguieron ilegalmente y que ya han tenido que devolver. Son necesarios para captar otras personas, basta con cambiarle la foto. Un nombre falso que te abandona en España y te deja sin nombre para siempre. Enriquecerán a las mafias con el consentimiento de los hombres que se van de putas y la bendición de una gran parte de la población, que se consuela con la cantinela del “algunas lo hacen porque quieren.”








Nos lo cuentan mujeres que como las de la fotografía,han sido beneficiarias de los microcréditos que distribuye Tú,Mujer, y ACPP con financiación española. El proyecto “Migración y Desarrollo” les ha permitido entender lo que supone la migración ilegal y que no siempre irse al extranjero mejora sus condiciones de vida. Cuentan cómo se sorprendieron cuando vieron esa realidad. Cómo ahora son capaces de actuar cuando oyen a una mujer contar que le han ofrecido viajar con papeles falsos al extranjero, asegurándoles un trabajo cuidando niños y ancianos.

Se han constituido en asociaciones de familias trasnacionales, que son aquellas que reciben remesas. Las remesas (el dinero que entra en la República Dominicana ) procedente de la emigración) constituyen el 6% del PIB. Es la segunda mayor fuente de ingresos del país después del turismo. Este proyecto les ha enseñado que pueden construir futuro con unas remesas que ellos empleaban solo en comer. Los microcréditos a bajo interés han posibilitado un cambio en sus vidas. La asesoría psicológica atiende a hijos de mujeres emigradas, la mayoría con un gran fracaso escolar. Se sienten abandonados, entran en un estado de espera constante. Esperan viajar a España, que su madre pueda llevarlos con ellos, y mientras esperan dejan de estudiar, porque suponen que se van ya. Cuando pasa el tiempo y no parten, acumulan rencor hacia sus madres, que cuando hablan por teléfono con ellos no les cuentan lo mal que lo pasan en España, el poco dinero que ganan y el esfuerzo que supone para ellas mandar lo que mandan.



Nos lo explican con entereza, con la misma que la presidenta de Tú, Mujer, nos cuenta la lucha con los diferentes actores sociales para lograr una concienciación plena del problema de la Migración. Las leyes dominicanas casi no contemplan la emigración al extranjero, no existe para la Administración. Una ficción surrealista que las autoridades cuentan a un pueblo que no se cree nada que venga de la política. La única legislación más clara es la que hace referencia a la emigración que recibe República Dominicana, muy restrictiva y enfocada sobre todo a la haitiana. Un país de emigrantes que niega serlo y se venga con sus vecinos pobres, a los que en ocasiones niega subir al autobús, retrocediendo en años de avances sociales.




La sensibilización la han conseguido ya con las Mujeres Diputadas, unidas a pesar de pertenecer a distintos partidos, con el objetivo común de concienciar a sus compañeros diputados de la existencia del problema y la necesidad de trabajar con los países receptores. Son apenas un 20% en el congreso y narran cómo cuando abordan el tema de mujer, hay quien se tapa con la mano la sonrisa.



Paseamos por Vietnam (sector norte de Los Mina, barrio marginal de Santo Domingo) para visitar algunos de los negocios que se han mantenido con los microcréditos, salones de belleza, pequeñas cafeterías. Las casitas son pequeñas pero de dos pisos. Todas con rejas abombadas, como si estuvieran embarazadas. Desde el piso de arriba nos ven muchos niños y niñas con los pies colgando, como si vivieran en una jaulita. Otros juegan en la calle, descalzos, a lo que sea. Las mesas de dominó aparecen por aquí y por allá, perros, pollitos y gatos conviven en el calor caribeño y mientras cae la tarde nos advierten que después de las cuatro y media no es recomendable andar por la calle, porque salen los tigres. Muchachos ociosos que buscan problemas.



Atardece en Los Mina y ya es de noche en España. Un puñado de mujeres de los dos países se despiden. Algún día conseguiremos que amanezca para nosotras.




Virginia Gijón,


Santo Domingo, Julio 2011.



Para más información visitar la ONG Tú, Mujer, Asamblea de Cooperación por la Paz.



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2 Comments:

  • At 10:18 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Una vez más, gracias por escribir asi y por abrirnos los ojos a la realidad. Te quiero.

    Ramón

     
  • At 10:10 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Si la gente estuviera tan concienciada como tú, mejor nos iría a todos. Almudena.

     

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