En Cuclillas

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos se cercan, las hordas (...)El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo. (Borges)

5.11.06

Nicaragüa y el aborto

Aunque solemos decir que el tiempo pasa muy deprisa, en ocasiones el pasado le gana la batalla al presente, y se traga de un bocado el asombro de los que miran estupefactos. Eso, más o menos, es lo que les ha pasado a las mujeres nicaragüenses esta semana. Una masiva participación y la incógnita sobre si Daniel Ortega va a poder proclamarse presidente en esta primer vuelta marcan la jornada electoral de este cinco de Noviembre en esta república suramericana. Pero la campaña electoral deja una secuela inevitable. En un país que deja casi a un millón de niñas y niños fuera del sistema educativo, donde el presupuesto de salud no alcanza a cubrir las demandas de las embarazadas, 52 de los 90 diputados que integran el legislativo nicaragüense votaron SÍ a la reforma del Código Penal que penalizaría el aborto incluso en los casos de peligro para la madre. Todo esto una semana antes de las elecciones presidenciales. Y es que en un intento de ganarse a la Iglesia, la mayoría de los candidatos enarbolaron la bandera antiabortista, ignorando las estadísticas de los suicidios por embarazos no deseados, donde mujeres de todas las edades y adolescentes sufren intoxicaciones por pesticidas, tóxicos o raíces venenosas. Así lo cuenta el Movimiento Autónomo de Mujeres, quien se preguntaba qué vida se pretendía defender con esta medida.
Así, el aborto terapéutico, legalizado desde 1893 y contemplado desde la Revolución Liberal, no tiene ya cabida en Nicaragüa, pudiendo ser condenado a prisión entre cuatro y ocho años aquellos que lo practiquen.
Me pregunto qué pensarán las mujeres que lucharon en el FSLN cuando vean a Daniel Ortega defendiendo lo mismo que la derecha del país. Quizá, y eso es lo peor, ni siquiera se asombren excesivamente, porque estamos todas demasiado acostumbradas a actitudes como ésta. Pero para mí, el verdadero problema no es sólo la ilegalización del aborto terapéutico en Nicaragüa, sino cómo poco a poco, y sin que nos vayamos dando cuenta, casi de una manera imperceptible, el Patriarcado va jugando sus cartas una a una, y en cada jugada da pasos de gigante. Permitir un retroceso de cien años en algo que ya deberíamos tener olvidado debería hacernos reflexionar sobre el momento histórico en el que nos encontramos. Un momento en el que- por mucho que no queramos-no luchamos para ganar el póker, sino porque no nos echen de la partida.

Para expresar nuestra solidaridad con las mujeres nicaragüenes, y enviar cartas de apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres: ma_mujeresnic@yahoo.es, y a la campaña 28 de Septiembre por la despenalización del aborto en América latina y el Caribe, c28setlac@yahoo.es