En Cuclillas

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos se cercan, las hordas (...)El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo. (Borges)

10.3.11

Mujeres Actoras


"Las hemos olvidado antes de conocerlas del todo. Es terrible la frecuencia con que ignoramos hasta el nombre de las personas que hicieron reales los sueños que vivimos ahora. Sembraron en el viento de la historia, y el viento se las llevó."

(LA CONSPIRACIÓN DE LAS LECTORAS) J.A.Marina y M.Teresa Rodríguez de Castro)

Hoy es de nuevo 8 de marzo y es un día especial. Todos los ochos de marzo hay que detenerse y pensar qué es lo que ha cambiado a nuestro alrededor, pero también y sobre todo, qué es lo que hemos conseguido cambiar nosotras, nosotros.

La sección de hoy de la casa de la mujer la quiero dedicar a todas las feministas del mundo, a todos los feministas del mundo, que cada vez son más, porque gracias a ellas sobre todo, hoy somos quienes somos.

El pasado mes de diciembre unas amigas me regalaron un libro de Jose Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro, titulado “La conspiración de las lectoras”. Todavía no lo he acabado, pero es tan apasionante, tanto, que estoy deseando llegar a casa para poder leerlo despacito, con ganas de aprender y con miedo a que se acabe. Hace un ejercicio de investigación, una de esas feminizaciones de la Historia que tanto me gustan a mí y tan poco comprendidas son, analizando un capítulo casi reciente de nuestro pasado e intentando devolver un lugar que nunca han tenido a la que probablemente fuera la generación más brillante de mujeres pensadoras, pero sobre todo de mujeres actoras. Y por actoras no me refiero a mujeres actrices, sino a mujeres que actuaban, mujeres que como escribió una de ellas, María Teresa León, “conspiraban para adelantar el reloj de España”.

Quizá ahora, y gracias al último libro de Almudena Grandes, que lo nombra brevemente, nos suene más el nombre de Lyceum Club Femenino, una asociación de mujeres que desde 1929 y hasta el comienzo de la guerra civil española, pretendía algo que tenemos que pretender todas, cambiar la forma de ver el mundo.

Personalmente echo de menos esa iniciativa, esas ganas de escuchar algo que a lo mejor no conoces, esa humildad para escuchar a quien tiene un punto de vista diferente, esa inspiración que hace que comencemos a dejar de mirar para otro lado. Y estoy rodeada de mujeres maravillosas, pero también de mujeres que no entienden que están donde están porque otras han luchado diariamente para que ellas puedan trabajar, u opinar libremente. Mujeres que no quieren ser mujeres actoras.

No es la primera vez que digo, que decimos en este programa, en esta sección, que para cambiar la situación de desigualdad de la mujer lo primero que hay que hacer es reconocer esa desigualdad. Y sin embargo todos los ochos de marzo me veo obligada a dar datos, a dar cifras, a leer el periódico que nos cuenta que

Dos tercios de las personas analfabetas del mundo son mujeres y éstas constituyen el 70% de los pobres del mundo.

Aproximadamente cada siete segundos, una mujer es maltratada por su esposo o novio.

Las mujeres realizan el doble del total de trabajo no remunerado en comparación con los hombres, y ganan el 75% del salario que ellos perciben. (Las españolas ganamos 5300 euros anuales menos que los españoles)

A menudo se ignoran los asuntos relacionados a la salud femenina y el campo médico invierte más recursos en los hombres.

Las mujeres tienen muy baja representación en cargos políticos:

UN Women destaca que ninguna región del mundo ha alcanzado el nivel del 30% de puestos de liderazgo a cargo de mujeres.

Hasta la fecha, existe sólo un 18,6% de mujeres en los parlamentos de todo el mundo. Sin embargo, 29 países han alcanzado o sobrepasado el 30%. De esos 29 países, por lo menos 24 han usado cuotas.

En todo el mundo, las mujeres ocupan el 16% de los puestos ministeriales.

Y mientras Occidente mira las revoluciones de Oriente, yo miro a las mujeres que han estado en la plaza de Tahrir, las mujeres que se manifestaron en Túnez al lado de sus compañeros, y las que están muriendo en Libia por defender que otro país es posible. Y me pregunto qué pasará con ellas, mujeres actoras. Me pregunto si de nuevo nos dejarán aparte, si los derechos de la mujer seguirán siendo una cuestión secundaria, si en el resto de países pasará lo que en Egipto, donde en el comité de reforma de la Constitución de nuevo nombraron a ocho hombres y a ninguna mujer. Me pregunto por qué siempre pasa lo mismo y qué pasaría si Olimpie de Gouges si viera que casi tres siglos después de que le pasara a ella en la Revolución francesa, seguimos muriendo por obtener libertades y siguen empujándonos fuera de las asambleas constituyentes.

Me pregunto si dentro de casi otros setenta años seguiremos celebrando el 8 de marzo sin conocer el nombre de las Mujeres que están protagonizando una revolución en países no tan lejanos. Si otra vez la Historia nos arrollará y no nos hará justicia, como pasó con Clara Campoamor, María de Maeztu, Victoria Kent, María Lejárraga, Carmen Baroja, Zenobria Camprubí, Hildegart, Concha Méndez, Maruja Mallo, Ernestina Champourcín, Carmen de Burgos y tantas otras mujeres que lucharon porque nosotras hoy tuviéramos una realidad diferente.

Me pregunto si como decían los autores de La Conspiración de las lectoras, sembraremos en el viento de la historia.

Desde aquí, en 8 de marzo, mi particular homenaje a todas las mujeres anónimas, actoras, que luchan para que el mundo sea diferente para nosotras, para que dejen de serlo. Para que feminizar la Historia deje de ser una necesidad porque forme parte de nuestra realidad cotidiana. Para que todas actuemos.


NOTA: El pasado 8 de marzo estuve en la cena de Mujer que organiza el Ayto de San Sebastián de los Reyes, por lo que no pude acudir a Radio Utopía en directo.
Este artículo fue escrito para la sección de feminismo (La parada de la Casa de la Mujer) de Parada Solicitada, que dejé grabada previamente. Por ello, el corte que podéis escuchar a continuación se corresponde de manera íntegra con el artículo.