En Cuclillas

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos se cercan, las hordas (...)El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo. (Borges)

24.2.07

El Congreso no regularizará la Prostitución

Parece que el finalmente el Congreso no regularizará la Prostitución en una decisión adoptada sin duda gracias al trabajo hecho desde las muchas asociaciones que han participado en este nunca abordado debate social. El PSOE considera finalmente la Prostitución como una práctica de explotación sexual, sea consentida o no, siguiendo así el criterio de las Naciones Unidas.

Por supuesto las medidas adoptadas son insuficientes. Las intenciones de "luchar contra el tráfico" no son sino un pequeño dulce para aquellos/as que deseamos la tarta entera.

No se regularizará pero no se perseguirá al prostituidor o mal llamado cliente. Dicen que van a llevar a cabo una campaña de sensibilización en la población, para erradicar la idea de que se pueden comprar mujeres con dinero. Lo único que hay que erradicar es la prostitución, y para ello hay que promover medidads sociales de reinserción a las víctimas de una sociedad patriarcal que compra y vende mujeres, pero también hay que dar un paso al frente y penalizar el principal motivo por el que exite la prostitución: porque hay quien acude a ella.

Entrar a debatir ahora los motivos por los que en España hay un aumento del uso de la prostitución - o de la esclavitud de mujeres - en nuestro país entre los hombres jóvenes, sinceramente, me da muchas pereza. Por otra parte basta con deslizar suavemente el ratón hasta el final de esta páginas y allí encontrará un informe detallado sobre esto, pero es inútil intentar en educar en valores, luchar por la coeduación colegios e institutos sabiendo que todos los hombres a los que educas tienen la posibilidad, porque la sociedad se lo permite, de comprar una mujer para hacer algo que ellos se piensan que es sexo. Si no se actúa sobre la demanda intentamos construir un castillo muy cerca de la playa.

Acabar con la demanda es utilizar la ley contra el cliente. Para eso tenemos que asumir que nuestros hombres compran mujeres porque nuestra sociedad no sólo les enseña a ello, sino que les da la posibilidad de hacerlo.